martes, 20 de agosto de 2013

MARAVILLOSA SUBIDA AL POZO NEGRO

Vista del Pozo Negro
20 de agosto de 2013
Hacía ya más de 30 años que tenía ganas de subir al Pozo Negro pero por una cosa u otra lo  había dejado pasar, así que cuando me dijo Esteban que me apuntase me lo pensé, pero no las tenías todas conmigo, porque uno tiene sus limitaciones, y subir con gente preparada podía ser contraproducente, pero dijeron que iba a ser la cosa suave y me decidí.
Y la decisión ha sido de lo más acertada. A las siete de la mañana nos juntamos los ocho que partíamos de Cerezo y marcamos en dos coches hasta los merenderos de Tres Aguas, cerca de Fresneda.
Allí se incorporaron otros cuatro caminantes amigos de Unai, y a las ocho y 3 minutos arreamos para arriba.
Después de un tramo de subida suave por una pista paralela al Tirón, cruzamos el río e iniciamos un subida por una senda irregular pero por un espacio precioso cubierto por un maravilloso hayedo. Unas subidas más complicadas que otras, hasta que llegamos al último repecho que tenía un desnivel muy significativo. Le llaman el Pecho del Silencio, porque el resuello no da para hablar.
Llegamos arriba, se acaba el hayedo y divisamos el Pozo iluminado por un sol espléndido. Ahora, en vez de ser recibidos por el sonido de las cigarras oímos la música de un potente regatón que tenían un grupo de chavales que habían acampado allí mismo.
 Por mi parte. misión cumplida, pero los más valientes siguen subiendo hasta el Otero. Algunos nos quedamos en el pozo disfrutando del precioso paisaje.
Saludamos a un pequeño grupo de conocidos de Belorao. Se trata de Félix, sus hijos y algún familiares y amigos. Se ponen a almorzar y  nos ponen los dientes largos porque hemos decidido esperar a los otros, pero Félix nos ofrece un cacho chorizo y no podemos rechazarlo.
Llegan los valientes y empezamos el tan deseado y suculento almuerzo. Manuel y Unai se pegan un baño en el Pozo y después nos animamos Javier y yo. Estaba el agua bastante buena. Lo curioso es que cuando te quedabas de pie parado, venían los  morachos y te mordisqueaban suavemente los pies.
Recogemos todo e iniciamos la bajada. Empezamos por el superpecho y con cuidado y sufrimiento de las rodillas llegamos al resto de la bajada que es más suave y de lo más agradable. Llegamos a los coches y después de unos porrones de cerveza en una terraza de Fresneda llegamos a Cerezo a eso de las cuatro y pico.
La subida de los casi, casi 7 kilómetros nos costó 1 hora y 55 minutos y la bajada 1 hora y 45 minutos.
1750 metros hasta el Pozo y 2045 al Otero. Ya puede valer.
Una gozada el paisaje, el paseo y la compañía.
Salida de Tres Aguas
Vamos para arriba
Los dos veteranos
Un servidor
Indicador hacia el Pozo
El jefe de la expedición abriendo la marcha
Llegamos al Pozo
Foto de familia
Los valientes siguen subiendo

Félix y compañía
Al agua patos
Que bueno
Jaki la gozó
A almorzar toca





Hacia abajo hasta la ....... corre


Buen trago. Qué fresquita.





1 comentario:

  1. Enhorabuena! Una actividad a repetir y de las que hacen amistad y afición!!

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