DÍA DE REYES

Me tocó el rey, yo no pago.

Sufrido padre montando un juguete

Raúl con los niños cantando el Gloria.

Familia con el juguete del nieto.

El Día de Reyes amaneció igual de bueno que el resto de vacaciones navideñas. Esperamos a que se despertasen los sobrinos y abrimos los regalos juntos. Es una gozada ver la ilusión con la que los peques abren sus regalos y la carita que se les pone cuando descubren el juguete que ellos habían pedido. 

A mí tampoco me fue mal y también me trajeron lo que había pedido. 

Después es el momento de disfrutar de los regalos y de ver a los sufridos padres montar los juguetes correspondientes. A mí ese tiempo ya se me ha pasado y me alegro, ya que era un poco torpe.

A la una fui a misa y Raúl la adaptó un poco para los niños que habían acudido. No es que vaya a misa mucha gente, pero se notaba que eran Reyes ya que algún niño no pudo separarse de su regalo y fue a la iglesia con él. 

Después llegó la hora de ir a casa de los abuelos a por los aguinaldos. Yo fui a Sorribas a casa de mi madre donde me esperaba un suculento aperitivo y los guirlaches que marca la tradición familiar.

El resto del día fue más tranquilo y los niños siguieron disfrutando de los regalos. A más de uno le vi en el Frontón con su nuevo coche teledirigido o con su patinete nuevo.