jueves, 15 de septiembre de 2011

PASEO A LA ORILLA EL RÍO

El Tirón en horas bajas
El Pecho del Convento
Metido en el Pozo sin agua
El Pozo de Las Legañas sin una gota de agua.
Andrinas y calambrujos a la orilla del camino.
Si el tiempo acompaña y no hace excesivo calor el hacer un recorrido desde el pueblo hasta el Convento por la orilla del río es un recorrido muy interesante. Sales del pueblo dirección Sorribas, pasas por debajo del puente justo antes de llegar a La Charrera, y si no tienes prisa puedes parar un ratito para ver el puente romano sobre el río San García, sigues el camino paralelo al río, y te encuentras con terrenos conocido aunque en nada se parecen a los de mis tiempos de chaval. El pozo La Mocha, el pozo El Gavión, y al lado de un Tirón muy mermadito, llegamos a la Mina, poco se parece esta nueva fábrica a aquellos viejos talleres y pequeñas balsas en la ladera sobre el río, en las que se inundaba y se secaba el mineral. Llegamos a la primera catarata, pequeña presa hecha por la Mina para llevar el agua a su producción. Que baños y que momentos hemos pasado entres sus piedras. De la segunda presa apenas quedan unos muñones de cemento.
Nos llevamos una agradable sorpresa cuando vemos una plantación de andrinales, que harían las delicias de los aficionados al pacharán casero.
Al final de la valla e la Mina podemos tomar dos caminos: uno que lleva hasta el vecino Fresno y la cuesta que nos lleva al Convento. Como dice nuestra copla :Ay que cuesta más penosa que al subirla me reviento… Elegimos  el más difícil, y emprendemos la dura ascensión al Pecho del Convento. Llegamos a la plazoleta del Convento y descansamos un rato contemplando el precioso paisaje que se ve desde este precioso mirador. Pero queremos  ver el Convento Viejo y subimos al cerro, continuamos hasta el convento y comprobamos en primera persona  que el Pozo de Las Legañas está seco de verdad, una pena. Aunque ahora sería buen momento de hacer unas vereditas para dejarle limpito, pero bueno,  esperemos que a alguna institución se le ocurra  poner en marcha la idea. Hacemos unas fotos al lugar y volvemos otra vez al pueblo.
El camino es mucho más fácil, ya sabemos que cuestas abajo hasta la….   corre.  Llegamos al pueblo en un periquete  y a descansar un ratiillo que aunque el recorrido no hay sido nada extraordinario, algo canso  si que llega uno. Pero no hay nada que no solucione una buena silla y una buena y fresca cerveza.

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